Hace algo más de tres años, en diálogo con las autoridades de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, vimos la necesidad de generar una campaña de concientización sobre los riesgos asociados al uso de la pirotecnia.
El problema era claro: cada año decenas de niños tenían lesiones graves y afectaciones permanentes por el uso imprudente de pirotecnia. Pero lo evidente no le quitaba complejidad en el abordaje: ¿Cómo mostrar que una tradición tan arraigada era una fuente de daño constante para niños y adolescentes? ¿Cómo decir que la responsabilidad era de los adultos y al mismo tiempo sumarlos como aliados?
Trabajando con los pediatras y conociendo su experiencia de contacto directo con el problema dimos el primer paso. Luego, la clave fue hablar con naturalidad: la campaña tenía que expresar un consejo real de los pediatras, un testimonio auténtico del consultorio. El mensaje debía ser claro y contundente. Llamar la atención, modificar una conducta ya establecida y generar un cambio.
Así nació #NoSonJuguetes. Una campaña que se extendió por redes sociales, prensa e incluso fue tomada por otras instituciones, y que logró consolidar un mensaje claro. Y, por suerte ahora, pasada otra Navidad y otro 31, podemos decir que las lesiones por pirotecnia volvieron a bajar y que la comunicación, tantas veces señalada como culpable de males, puede salvar vidas y prevenir daños.
¿Queda mucho por hacer? Sí, claro. ¿Las mejoras son solo gracias a esta campaña? Por supuesto que no. Pero para la SUP, y para nosotros, es una gran satisfacción poder sumar a este objetivo y es un aporte que podemos contar con orgullo. Porque batallas perdidas también hay, pero eso quedará para otro día.